domingo, 14 de septiembre de 2014

El renacer del nuevo Milan comandado por Pippo Inzaghi

Milan empezaba una nueva temporada con la obligación de hacer olvidar la triste campaña 2013/2014: Sin torneo internacional después de años. El debut estaba lleno de dudas, pues la pretemporada tuvo resultados negativos. La gran prueba para Pippo era ante un duro rival: Lazio.

El partido no pudo empezar de la mejor manera: Un brillante El Shaarawy haría una gran jugada personal y el japonés Honda anotaría el 1-0 muy temprano, antes de los diez minutos. Estallaba San Siro. Pippo lo gritaba con el alma.

El segundo tiempo tenía a una Lazio más arriesgada, atacaban por todos los frentes y buscaban hacer el empate, pero el gol de Muntari arruinaría todos los planes de los visitantes, Milan prácticamente sentenciaba el partido. Este nuevo equipo rossonero mostraba otra cara, se veía la mano de Inzaghi.

Unos minutos después, luego de pasar algunos sobresaltos en defensa, llegaría una gran jugada fabricada por Menez, entra al área y el holandés De Vrij, de gran Mundial, lo derribaría. Dudoso. El francés no desperdició la oportunidad y transformó la pena máxima en gol. Esto ya era goleada.

El partido ilusionó al equipo de la capital, que mediante un autogol de Alex descontó. En los descuentos, Candreva tendría la oportunidad de anotar vía penal, pero aparecería uno de los refuerzos estrellas: Diego López. El ex portero del Real Madrid le atajó el penal al hombre de la selección italiana, así terminaba el partido, con el estadio coreando su nombre. Debut feliz para el nuevo Milan de Pippo. 







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